Acostumbrarse a ver más allá de las palabras,
a dibujar personas sólo con gestos,
a pensar y soñar con los ojos abiertos...
es bello y muy pocos tienen tal privilegio.
Amar como yo te amo no ha de ser bueno,
pues duele cuando quiero hablarte y no te encuentro,
hiere cuando dibujo tu rostro y no te veo,
pero mata cuando sueño que te pierdo.
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