domingo, 26 de agosto de 2007

DiaS ExtrañoS


Son días extraños. Éstos que se han ido y éstos que vendrán. Me gustaría vivir ajena a lo que parece ser el centro de mi mundo, y busco sosiego entre las páginas de los libros, entre las líneas de mis notas, entre los trazos de mis dibujos, pero todo se trastoca. A veces quiero ver en las personas cosas que busco y que intuyo que tienen, pero tal vez sólo están dentro de mí. ¿Cuál es la dosis perfecta de lo que sea para eliminar el desasosiego? Se ha abierto una brecha entre la realidad y mi mundo espiritual, y no sé cómo cerrarla, y tengo miedo porque con cada latido de mi corazón la brecha se hace más y más grande, dándome la impresión de que se está formando un abismo entre lo que soy y lo que quería ser, creando una frontera entre mis sueños y ahora. Parece irreal todo lo que me rodea, todo lo que toco, y hasta cuando me hablan creo enmudecer porque no tengo nada que decir. Y si ya lo he dicho todo ¿ahora qué vendrá?.

jueves, 9 de agosto de 2007

Corazon en obras

Siento como si miles de seres diminutos, casco en mano y pico preparado, estuvieran picando en mi corazón, intentando perforarlo para que salga a borbotones este sentimiento de negación sentimental. ¿Donde está el jefe de obra de estos insignificantes operarios chapuceros? ¿Estará tomándose un descanso? ¿Dónde lo busco, en la razón o en el sexo?
No sé que puede pasar por su mente para semejante aberración, pero nunca tengo paz... Señalizaciones de aviso (como un sexto sentido), desvíos de dirección, cruces de caminos (sobretodo cruces de caminos) de todas aquellas personas que desfilan diariamente por mi vida, que aparecen y desaparecen, sobre todo tú, que apareces una y otra vez. Y no sé hasta dónde voy a ser capaz de llegar, hastiada de oportunidades banales que no me llevan a ningún sitio, sólo hacia la desconfianza que cada día se asienta más y más. Por favor, dame un respiro; baja, sube, salta, vuela, nada, corre, sueña, pero lejos de aquí.

domingo, 5 de agosto de 2007

MI CABALLERO


Andando por un camino estrecho veo a lo lejos un apuesto caballero,
un jinete vestido de negro, espada en mano y capa al cuello.
Me acerco y lo miro y hay algo que no entiendo:
sonríe pero no veo su boca,
me mira pero no veo sus ojos,
me llama pero no oigo su voz.
Gentil caballero de imaginarios ojos negros,
ondea su capa al viento y se acerca, pero sin hacer ningún gesto.
Presumible gallardía de un valiente compañero,
que siempre estuvo a mi lado y no siempre supe verlo.

sábado, 4 de agosto de 2007

MarinerA

En las olas de tus ojos
vivos y azules como el mar
bajo un cielo a trazos rojos
en mi barca te iré a buscar,
navegando por los míos
presurosa por arribar
hacia el mar que busca el río
para en tus brazos reposar.