miércoles, 28 de febrero de 2007

AutocompasioN

Sentada sobre la almohada miro al espejo, y escucho una música tenue y cálida,
contemplo mi cuerpo frágil y delgado, que pide amor a gritos, pero en un silencio ahogado.
Ese cuerpo que tantas veces he contemplado, sentada sobre esta misma almohada
ante el espejo donde ahora veo reflejada tu dulce sonrisa y tu fría mirada.
Miro al techo y allí estás tú, cierro los ojos y sigues ahí, me acerco al espejo; voy hacia ti.
Siento que puedo tocarte pero cuando lo hago sólo percibo un frío contacto,
que hace aún más profundo ese inmenso vacío y recorre mi cuerpo como una carretera sin fin.
Me siento agotada, cansada de esperar algo que no puedo cambiar;
circunstancias y momentos que ya no puedo borrar,
aunque algo siempre seguirá igual: nunca te dejaré de amar.

No hay comentarios: