domingo, 10 de junio de 2007

La Chispa Adecuada...


¿En qué se ha convertido tu vida? ¿En una sombra de lo que fue?
¿en un esbozo de lo que será?
¿Dónde están aquellos momentos fugaces, premeditados,
en que años atrás, te escapabas para ver a la persona amada,
un minuto, un beso robado, un abrazo fugaz,
una sonrisa sincera, de satisfacción, de felicidad,
suficiente para seguir hasta el final del día, sabiendo que te esperaba,
impaciente, sabiendo que más tarde os veríais de nuevo, esta vez de verdad,
con calma, con tranquilidad?
y un sentimiento de complicidad llenaba nuestras almas...
¿Dónde está la chispa que te hacía saltar de la cama cada mañana,
para empezar un día feliz, y no hastiada como hoy, como ayer,
y como lo será mañana también?
¿Qué ha pasado? ¿qué ha cambiado?
¿Acaso el motor del amor no es siempre el mismo?
No acierto a encontrar una respuesta a todas mis dudas,
que se pasean por mi mente invitándome a la reflexión
en estos momentos oscuros.
¿Es el camino a la felicidad una única respuesta?
¿Acaso existe sólo una única pregunta?
¿Y la fuerza para perseguir, hasta la saciedad,
hasta el aborrecimiento, aquel sueño que tenías?
¿Dónde están tus sueños? Esos sueños con los que soñabas despierta,
en cualquier momento del día, haciéndote sentir VIVA.
Ya ni siquiera los sueño dormida, porque ya no duermo.
Y no sé qué me inquieta cuando cierro los ojos,
pero ya no veo con claridad qué es lo que buscaba.
Todo es borroso, gris, monótono ¿y qué voy a hacer?
Y si ya nada me hace sentir viva ¿entonces estoy MUERTA?

viernes, 1 de junio de 2007

al alba

Otra vez estoy aquí, pensando en ti, tendida en la cama y en penumbra, imaginándote así, como un soplo de aire que vino a darme luz, y es que así eres tú: como una burbuja de oxígeno anhelada por el buceador, como el agua deseada en un paisaje yermo y desolador, como el sol cuando llega después de una tormenta que ha arrasado a su paso todo cuanto encuentra.
Tus ganas de reir me animan a seguir; vives en mis sueños en imágenes difusas, y pienso en ti aunque no deba hacerlo porque estoy confusa, sin saber lo que quiero.
A veces te llamo pero en silencio porque me da miedo caer en la hoguera que prendo sólo con el pensamiento. No puedo hablar y no quiero hacerlo, porque me abrumas, y me pierdo y... te quiero.