jueves, 14 de febrero de 2008

CupidO MetrosexuaL


Para muchos, aquel niño regordete con su carcaj repleto de flechas, parece que se ha convertido en un muchachote moderno y metrosexual, más preocupado por su aspecto que por su misión de disparar a los corazones desprevenidos.
Ya no va desnudo, ahora viste de “Armani” y usa colonia “Calvin Klein”. En lugar de flechas lleva en un bolsillo una Visa y en el otro una bolsita de polvo de alegría para momentos bajos. En lugar de alas lleva una “Harley” y en lugar del arco en su mano lleva un cubata.
Ya no va buscando víctimas, ahora pasa los días en spas y las noches en clubs, para hacer vida social. Lejos quedaron aquellos días de aburridos paseos en busca de algún joven al que disparar con su amor, ahora se dedica a buscarlos para otros menesteres más sucios.

Para otros, ese niño alado y sonriente sigue haciendo su trabajo, aunque a veces mal hecho pero sin mala intención. Bueno, nadie es perfecto y acertar en la diana no es fácil. Hay quien busca el amor donde no lo hay, porque el hecho de querer ver algo no significa que esté ahí. Simplemente ese algo es lo que uno mismo busca encontrar.

La mayoría de incursiones las solemos realizar solos, movidos por la curiosidad que despierta y alberga la esperanza. Sólos, para no evocar la locura en los semejantes, que contemplan de lejos nuestro pequeño descubrimiento, perceptible, de momento, únicamente a nuestros sentidos.