jueves, 9 de agosto de 2007

Corazon en obras

Siento como si miles de seres diminutos, casco en mano y pico preparado, estuvieran picando en mi corazón, intentando perforarlo para que salga a borbotones este sentimiento de negación sentimental. ¿Donde está el jefe de obra de estos insignificantes operarios chapuceros? ¿Estará tomándose un descanso? ¿Dónde lo busco, en la razón o en el sexo?
No sé que puede pasar por su mente para semejante aberración, pero nunca tengo paz... Señalizaciones de aviso (como un sexto sentido), desvíos de dirección, cruces de caminos (sobretodo cruces de caminos) de todas aquellas personas que desfilan diariamente por mi vida, que aparecen y desaparecen, sobre todo tú, que apareces una y otra vez. Y no sé hasta dónde voy a ser capaz de llegar, hastiada de oportunidades banales que no me llevan a ningún sitio, sólo hacia la desconfianza que cada día se asienta más y más. Por favor, dame un respiro; baja, sube, salta, vuela, nada, corre, sueña, pero lejos de aquí.

1 comentario:

Unknown dijo...

para las obras hay que tener un buen encargado, ja ja