El pensamiento efímero como motor de la reflexión...
Un buen día al levantarte percibes una cierta decadencia interior. Le das vueltas a algo que imaginaste ayer y sales de tu mundo, corriendo, en busca de las respuestas necesarias en esa lucha imparable contra el miedo que acecha en cada rincón. Intentas descubrir una fórmula mágica que elimine de un zarpazo la necesidad de sumergirte en sucesos sensoriales que te alejen de esa realidad física que tanto agobia.
Y piensas…ya está, la meditación como camino a la introspección.
Realmente, hay razones que no pueden ser reconocidas por tu desgana de aceptar que así son.
Sin embargo, con el paso del tiempo... (la confianza apuesta por ti)
3 comentarios:
Invariablemente escapar no sirve absolutamente de nada, hay paredes en todos lados para chocarse con constancia.
Salutes!!,y buen finde
Cierto. Y hay un momento en el que aparece la sensación de que las paredes conspiran y se acoplan para formar un espacio cerrado...
Un saludo!
Una vez leí que la razón es sólo una máscara para justificar un sentimiento.
No hay que buscar razones, somos lo que pensamos y sentimos.
Besos.
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