Nota a nota, va saliendo del piano la improvisada melodía que anoté en el pentagrama. Un sonido sin pretensión de reflejar un estado de ánimo pero pensado para cantarlo en minúsculas.
Hoy he pactado una tregua con el tiempo, así que he decidido sentarme, en mi banco, a esperar.
Hoy no recorro las calles observada por la atenta mirada de las gárgolas convertidas en dragones, que, desde su altiva posición, rechazan ser ignoradas. Muecas burlonas en frisos y capiteles entelados por el paso del tiempo…
6 comentarios:
la realidad nos observa desde cualquier punto de vista, advirtiéndonos de ese imperceptible paso del tiempo.
Existe un lugar...
existe un lugar… donde el tiempo no pasa pero frunce el ceño por saberse congelado y olvidado (des)enmarcado en un atardecer en blanco y negro.
existe un lugar... donde el dragón desciende de su capitel para proteger a la princesa que NO quiere ser rescatada porque atesora sueños en color escondidos entre la maraña de miedos.
Un pacto para vivir, necesario para la mente y para nuestros sueños. Tanta cabeza quemada, tantas vueltas, tantas variables, tanto contra-reloj, tanto tanto tanto…y tanto…y claro!…si!…por favor!…un café y dos banquitos!
Saludos
Atte. Manu
Síii! para retomar el aliento y aceptar unos momentos en ningún sitio, contemplando alrededor mientras se hace poesía con los ojos…
¡el mejor regalo para un día de locos!
Un saludo Manu
Gracias Jaume! afortunadamente los sueños vencen a los miedos :)
Besos!
Publicar un comentario