jueves, 6 de septiembre de 2007

Divagando un poco

Las relaciones humanas nos llevan por caminos inesperados. A menudo las comparo con el vuelo de las aves:: a priori puede parecer aleatorio, pero detenidamente se observa un objetivo. ¿Para qué sino malgastar tanta energía a lo largo de nuestra vida?
Sin las relaciones, la tendencia es volvernos imbéciles y vulnerables, aunque si la vida se convierte en una búsqueda afanosa de esas relaciones, se pierde de vista la realidad.
Leyendo a Kant reflexiono sobre lo que es real, y recuerdo aquel mito de la caverna de Platón. Entiendo que lo que percibo a través de mis sentidos no es el mundo tal y como existe, sino las cosas tal y como las experimento. Y, si detrás del aspecto que percibo de las cosas hay algo más, que no es perceptible para mí pero sé que existe por los efectos que produce, ¿cómo sé yo si lo Real es lo que vivo o lo Real es lo que no puedo vivir?
¿Hay otra realidad distinta?
Y llegados aquí ¿qué realidad es la Real?

(no sé qué hierbas tiene este licor ibicenco...)

1 comentario:

Unknown dijo...

Consejo de amigo:
La realidad, realidad. Realidad.
Buf.
La mejor realidad es la que no te deja tiempo para pensar en ella, porque te tiene ocupada en todas las pequeñas cosas que la componen.
Pensar en ella es, bajo mi punto de vista, una pérdida de ese tiempo que no tengo.
¿cuántas hay? ¿cuántas quieres que hayan? Cada vez que lo pienses será una realidad distinta. Porque cada décima de segundo que pasa la cambia, y aunque hayan realidades que parezcan iguales. Si lo piensas friamente no lo son, lo sabes.
Puedes que pienses en ella, en buscarla, para obtener una seguridad que sólo puedes conseguir tú solita, relajándote, mirando en tu interior y confiando en ti misma.
Jeje... y todo esto sin hierbitas hibicencas... jeje